Reseñas

 

Mauricio Merino (2003), La transición votada. Crítica a la interpretación del cambio político en México

 

Rita Moch Arias*

 

México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 246 pp.

 

* Candidata a doctor por la Universidad de Cambridge, Centro de Estudios Latinoamericanos, Reino Unido. Se le puede enviar correspondencia a: St. John’s College, Cambridge, CB2 1TP, Reino Unido. Teléfono: 44+7919155984. Correo electrónico: rm310@cam.ac.uk

 

El estudio de la transición a la democracia en México es un tema que ha ocupado tanto a académicos como a políticos por lo menos desde hace tres décadas. Algunos, por ejemplo, consideran que el país ha estado en transición por lo menos desde 1929, fecha en que fue creado el partido que gobernó durante setenta años. Desde mi perspectiva no hay que ir tan lejos; lo que es cierto es que el cambio político en el país es un proceso que definitivamente ha sido largo y que aún no termina. De ahí su importancia analítica y el hecho de que existan un sinfín de estudios que aborden el caso mexicano desde mil y una perspectivas diferentes y en ocasiones hasta contradictorias.

A raíz de los últimos procesos electorales y principalmente aquellos ocurridos en el 2000, por los que el Partido Acción Nacional (PAN) llegó a la presidencia de la República, se ha hecho imprescindible el entendimiento del caso mexicano. No únicamente por tratarse de un caso único, sino también porque el análisis de la democracia es más complicado y no debe limitarse solamente a lo electoral.

En este sentido, Mauricio Merino presenta en La transición votada. Crítica a la interpretación del cambio político en México, una serie de ensayos relativos a la transición mexicana, escritos (aunque modificados para la publicación del libro) durante su periodo como consejero electoral del Consejo General del Instituto Federal Electoral. Los ensayos proponen una perspectiva diferente —que no única ni nueva— a la forma de analizar el cambio político en el país. El autor hace una amplia reflexión sobre los temas fundamentales de la transición mexicana en las tres partes en que se encuentra dividido el texto.

La tesis principal del autor es que la transición en México es una en donde el poder de las elecciones ha predominado por sobre otras cuestiones importantes de la democracia. En este sentido, se destaca que, a diferencia de otro tipo de transiciones, la de México ha sido primordialmente electoral, postergando la reforma de otro tipo de instituciones políticas que no han sido adaptadas al nuevo contexto democrático. La consecuencia de lo anterior es relevante, pues nos lleva a preguntarnos qué clase de democracia podría consolidarse en México y, especialmente, sobre la calidad de la misma. Éste es, desde luego, un hecho preocupante y bien abordado por Mauricio Merino.

Los cuatro ensayos que componen la primera parte del libro se encargan de comparar los modelos teóricos que estudian la transición democrática con las características particulares del caso mexicano. Así, en el primero, "La transición votada", el autor destaca que en México no hubo un pacto fundacional, ni cambios en las instituciones básicas, sino un resurgimiento de instituciones que existían previamente en la Constitución pero que estaban totalmente sometidas al sistema presidencial. En otras palabras, Merino dice que en México "el pasado aprendió a convivir con el presente" y que no hubo rupturas sino "una apertura hacia la pluralidad" (p. 18).

El autor también se detiene a reflexionar sobre los problemas a los que se enfrenta la democracia en México: la falta de capacidad para tomar decisiones y los restos del presidencialismo tradicional son impedimentos para su consolidación. Señala, muy acertadamente, que la clave de un gobierno firme está en la prudencia y en la corresponsabilidad de los dirigentes de los partidos. Sin embargo, apunta que pensar que el buen funcionamiento de la democracia depende únicamente de los partidos políticos sería un grave error. Los ciudadanos desempeñan un papel fundamental en todo el proceso. En "El rompecabezas de la gobernabilidad democrática", el último ensayo de esta sección, hace hincapié en la importancia del federalismo y el resurgimiento de lo local en el país y los riesgos que se corren si se utiliza lo electoral como único medio para el cambio en el sistema político. La gobernabilidad, dice Merino, depende de la congruencia entre las decisiones políticas, las restricciones económicas y las acciones gubernativas (p. 57).

Algunos de los problemas técnicos de la democracia mexicana son tema del conjunto de seis ensayos que forman la segunda parte de La transición votada. Aquí, Merino se ocupa de lo que él mismo llama "zonas de incertidumbre", que desafían el buen funcionamiento de los institutos electorales. Particularmente en el capítulo V, "El Instituto Federal Electoral por dentro: algunas zonas de incertidumbre", analiza el desarrollo y las funciones que ha tenido el IFE, así como también los retos, límites y temas pendientes para su futuro. En "Las elecciones, los ciudadanos y las casillas" el autor enfatiza la importancia que ha tenido la participación ciudadana en el instituto como medio para lograr una alta confiabilidad en el sistema electoral. El capítulo "El servicio civil de carrera del Instituto Federal Electoral" se encarga de estudiar el proceso, menos observado, del servicio civil de carrera para promover la eficacia institucional de ese órgano electoral.

A mi parecer, una de las partes más importantes dentro de esta sección es la que se titula "Federalismo electoral: varios sistemas y un solo ciudadano" y que se ocupa precisamente de las elecciones en los estados de la República. El desarrollo político en las entidades es un tema importantísimo y, desafortunadamente, todavía poco estudiado. En este sentido, Mauricio Merino enfatiza la importancia del estudio comparativo de las leyes y los sistemas electorales en los diferentes estados y destaca que "en México no hay un sistema electoral único, sino varios, con distintos niveles de desarrollo, y que si bien esa convivencia de sistemas electorales diversos es consecuencia del régimen federal, también es causa de varias dificultades políticas..." (p. 150).

La última sección del libro, en donde convergen tres ensayos, está dedicada a la consolidación. El autor reflexiona sobre los temas que él considera más relevantes, aunque no los únicos, para el fortalecimiento de la democracia en México como son las instituciones, la relación entre el sistema político y el de partidos y el federalismo. En "El desafío de la consolidación democrática", pone particular énfasis en las instituciones políticas y en la necesidad de que sean eficaces y ofrezcan certidumbre a los ciudadanos. Acentúa la importancia de fortalecer las instituciones mediante la clara distinción entre las reglas válidas para todos y los intereses particulares (p. 183). Para el autor de La transición votada, la democracia se consolida cuando las fuerzas políticas buscan el poder mediante el uso y el respeto a las instituciones, es decir, cuando la democracia es la única vía posible para acceder al poder.

En este apartado Mauricio Merino nos previene argumentando que no se han completado las reglas que aseguren el fortalecimiento de la democracia. Esto, desde luego, se relaciona con la falta de interés en los asuntos públicos de una gran mayoría de los ciudadanos cuando no es tiempo de elecciones. En el último capítulo, "Argumentos contra el desencanto", el autor nos conduce por una reflexión sobre los riesgos que una transición exclusivamente electoral puede traer para México y sobre dos de sus dilemas: por un lado, el que algunas instituciones, antes dependientes del presidente, no están diseñadas para lidiar con la pluralidad que hoy existe en México. Y, por otro lado, el predominio de una cultura política con tintes autoritarios que pone en riesgo a la naciente democracia. La desconfianza del autor, desde mi perspectiva, está bien fundamentada y existen evidencias que la sustentan; no olvidemos las últimas elecciones para gobernador en Tabasco o en Yucatán.

La transición votada es un libro interesante y recomendable, pues está escrito para un público amplio y no necesariamente conocedor de términos y conceptos de la ciencia política. A mi juicio, más que la novedad de la tesis propuesta por Merino, el valor del libro está, primero, en la importancia de comprender el proceso por el que México está pasando desde una perspectiva actual y, segundo, en que el autor formó parte de una institución que protagonizó importantes reformas electorales y, sin duda, el texto refleja su experiencia en la misma. El libro hace una aportación significativa a la serie de textos más actuales que se han escrito sobre la transición democrática en México.