Reseñas
Donald Worster (1985), Rivers of Empire. Water, Aridity, and the Growth of the American West
Jacinta Palerm Viqueira**
Nueva York, Pantheon Books, 402 pp.
Colegio de Postgraduados;, Estudios del Desarrollo Rural, Montecillo, Estado de México, México. jpalerm@colpos.mx.
** Profesora-Investigadora adjunta, Estudios del Desarrollo Rural (ISEI), Colegio de Postgraduados, Carretera México-Texcoco, Km 35.5, Montecillo, Texcoco, C.P. 56239, Estado de México, México. Correo electrónico: jpalerm@colpos.mx.
El contexto de los estudios sobre organización social y riego
En 1957 se publicó el libro de Wittfogel: Despotismo oriental, donde el autor propone una relación causal entre gran obra hidráulica y Estado administrador despótico, propuesta a la que se daría el nombre de "hipótesis hidráulica". La propuesta sería retomada con entusiasmo por algunos investigadores para el análisis de Mesoamérica y el área andina (Palerm, 1972; Palerm y Wolf, 1992; y Kosok, 1965), por otros para someterla a una crítica feroz (Maass y Anderson, 1976; Hunt, 1997). En ambos casos estimuló los estudios sobre regadío y organización social. No obstante, dominó entre los estudiosos, especialmente de Estados Unidos y España, la certeza de que se había demostrado la falsedad de la "hipótesis hidráulica" (González Alcantud y Malpica Cuello, 1995, y Lipsett-Rivera, 1999).
Sin embargo, el modelo de transferencia de los distritos de riego, que combina un gobierno por los usuarios y una administración por tecnócratas vuelve a dar prominencia al problema del vínculo entre gran obra hidráulica, tecnócratas y democracia. Aunque, por el momento, la mayor parte de los textos sobre el tema dan por supuesto que el problema de control sobre la tecnocracia no existe.1 Precisamente el trabajo de Worster, continuador del análisis de Wittfogel, pero publicado en un periodo de repudio a la "hipótesis hidráulica", cobra una relevancia inusitada para el examen de los procesos en marcha en los distritos de riego transferidos.
La importancia de la propuesta de análisis de Worster en el contexto actual de transferencia de distritos de riego y el notorio desconocimiento de su obra entre los estudiosos de los regadíos y la organización social hacen relevante la introducción de este texto en el saber colectivo.
La propuesta de Worster en Rivers Of Empire
Worster, como Robinson (1979) y Reisner (1986), enfatiza el papel crítico que juega la inversión del Estado federal en la construcción de obra hidráulica en el oeste de Estados Unidos, al igual que Reisner hace énfasis en que la imagen del oeste individualista es falsa.
Worster retoma la propuesta teórica de Wittfogel sobre el vínculo entre las obras de control de agua y la organización social, y propone que el oeste de los Estados Unidos corresponde a una moderna sociedad hidráulica, caracterizada por un orden social basado en la manipulación a gran escala del líquido.
Propone que en el "modo de Estado capitalista" hay dos centros de poder: un sector privado de grandes agricultores capitalistas, y un sector público que comprende a los burócratas tecnócratas (la expertise) que planifican, diseñan y controlan las obras de riego (pp. 5152) y que entre estos dos grupos se produce una alianza formidable (p. 53)
Se refiere tanto a la alianza entre los grandes agricultores capitalistas y el Bureau of Reclamation, entidad del gobierno federal encargada de construir las grandes obras hidráulicas, como aquélla entre grandes agricultores y los técnicos contratados para operar los distritos de riego.
En Estados Unidos un distrito de riego puede conformarse al votar una mayoría de la población residente a favor; les permite conformar una entidad de autogobierno, es decir, eligen representantes y éstos pueden cobrar impuestos sobre la propiedad para la operación y construcción de obra hidráulica (pp. 79, 108). Esta administración aparentemente democrática, sin embargo, no sería controlada por los pequeños agricultores (p. 201) y además tendría que depender de cuadros de tecnócratas (pp. 142, 180y ss., 201 y ss.), que harían alianza con los grandes agricultores.
Worster cita el estudio de Ernest Leonard, The Imperial Irrigation District, donde se señala que una alianza entre técnicos del agua e industria agraria (agribusinesses) estaba indudablemente en control del Distrito de Riego Imperial (p. 205), la administración del Distrito seguiría el modelo de una corporación privada, produciendo agua en lugar de automóviles o refrigeradores (p. 203).
La administración de los distritos de riego por un cuerpo de tecnócratas parece ser el modelo propuesto por técnicos funcionarios del Estado federal; los sistemas de riego pequeños donde los agricultores habían construido los sistemas gradualmente y se conocían entre ellos, y donde todos tenían alguna idea de sus obligaciones y responsabilidades tenía que modificarse. En el caso de sistemas más grandes de nueva construcción se necesitaba un administrador del agua calificado, una administración como en cualquier gran corporación (pp. 203-204, 215).
La administración de los distritos de riego, basada en el modelo de corporaciones privadas, marginó a los pequeños agricultores (pp. 202-203, 215, 248). Worster señala que el tamaño de las unidades de tenencia de la tierra está estrechamente vinculado al tipo de riego practicado. Allí donde había una tecnología más sencilla y barata la tenencia de la tierra estaba menos concentrada (pp. 248-249).
Tal aseveración de Worster es contundente en el caso de California, pero menos convincente en cuanto a otros estados del oeste, dado que la media de tenencia de la tierra en áreas beneficiadas con obras de riego de la federación es de 70 acres según una publicación oficial de 1982 (pp. 301 y 382, nota 31). Es en California donde se concentra la enorme propiedad y que eludió la ley que marcaba (hasta 1982, pp. 305-306) un límite a la cantidad de tierra que podía ser regada con agua proveniente de inversiones federales.
No obstante, resulta sugerente esta propuesta de que los grandes sistemas de riego de manejo técnico sofisticado junto con una administración tipo corporación en manos de una tecnocracia significan un golpe mortal para los pequeños agricultores de riego, debido a las presiones en la dirección de una agricultura intensiva orientada al mercado. Rivera (1998) por ejemplo describe la feroz determinación de los agricultores minifundistas de las acequias de Nuevo México contra estas grandes obras de riego y la implementación de Distritos de Riego y Conservación para su administración.
Un componente importante del modelo de agricultura de riego de Estados Unidos, y particularmente de California, es el enorme tamaño de las unidades de explotación ligado a mano de obra barata -sucesivamente chinos, japoneses, indostanos, filipinos, anglos- durante la Depresión (de ahí la novela de Steinbeck y película con Peter Fonda: Las viñas de la ira), pero final y principalmente mexicanos (pp. 51, 217, 219-221, 296-297). Es decir, la contraparte de una tecnología sofisticada de control de agua y de una agricultura de riego intensiva para el mercado es un miserable proletariado rural (pp. 298-299).
Worster, a lo largo de su libro, señala que las grandes obras de control de agua dependientes de la inversión y planificación por el Estado y favoreciendo a los grandes agricultores, han creado un paisaje artificial dependiente de un manejo tecnocrático, y señala: "Una de las intuiciones más llamativas de las últimas décadas es que la destrucción sin precedentes del medio es el resultado de las 'grandes organizaciones' [...] No obstante todo lo que pueden lograr éstas creando riqueza, son innatamente antiecológicas. Enormes instituciones centralizadas, con jerarquías complicadas, tienden a imponer su visión y sus demandas sobre la naturaleza, como lo hacen sobre los individuos y las pequeñas comunidades humanas, y lo hacen con gran destructividad. Están demasiado aisladas de los resultados de sus acciones como para aprender, ajustarse y armonizar. Esto es otra manera de decir que una condición social de poder difuso es más probable que sea ecológicamente sensible y preservadora. En contraste con la gran organización, sea el Estado o una corporación, la pequeña comunidad simplemente no puede costearse una intervención masiva en el medio. Además carece de la altanería tecnológica común al poder concentrado"(p. 332).
Worster parte de la propuesta de Wittfogel y precisa que este autor explícitamente había dicho: "Lo que yo he señalado con respecto a la China tradicional no es válido para sociedades multicéntricas"; no hay una burocracia gobernante, sino una burocracia controlada (p. 49). Sin embargo, en ello no concuerda con Wittfogel.
Worster afirma que una de las debilidades más serias de los estudios críticos a la hipótesis hidráulica de Wittfogel es que prácticamente no hay casos sobre la experiencia moderna con el regadío; enfatiza que los últimos 100 años han visto más desarrollo de obras de riego que en toda la historia previa (p. 30).
Propone tres tipos (modos) de la relación regadío y organización social: (1) el de subsistencia local, que corresponde a lo que Wittfogel llama hidroagricultura, con autoridad en la comunidad local, con usuarios que tienen en su tradición vernácula las habilidades y pericia (expertise) necesarias para construir y mantener sus sistemas de riego (pp. 31-32 ). Indica que sobreviven casos como los de los subak de Bali, las cooperativas de riego japonesas, en Valencia, así como en comunidades dispersas en el oeste de Estados Unidos: comunidades de hispánicos, mormones y rancheros de Montana (pp. 35-36); (2) el de Estado agrario, que corresponde a lo que Wittfogel llama sociedad hidráulica, y finalmente (3) el de Estado capitalista.
Worster se centra en el caso del oeste de Estados Unidos y más particularmente de California. Pero su planteamiento de las formas de organización social y riego en grandes sistemas de riego y particularmente de las formas de autoridad y poder en otras partes del mundo es una pregunta abierta. Retoma de los viajeros a la India, que a fines del siglo XIX fueron a conocer las obras de control de agua de los ingleses, su asombro ante sus dimensiones y efectiva administración (pp. 149, 151). Uno de los viajeros, Alfred Deakin (1893), australiano, que había recorrido el oeste de Estados Unidos, Italia y Egipto, informa de su observación de la India (1890 y 1891) que en el norte de este país el ingeniero es un gobernante de hombres, y propone separar la tecnología de la política (pp. 151-152); pero pregunta Worster: ¿no es ésta tiranía una parte intrínseca de la avanzada tecnología hidráulica? (p. 152).
Una buena pregunta que nos lleva a preguntarnos si la transferencia de los grandes sistemas de riego, el retiro del Estado de su administración (excluyendo la obra de cabecera) en México y otras partes del mundo dará más poder a los usuarios y particularmente a los pequeños agricultores o llevará a una alianza entre grandes agricultores capitalistas y tecnocracia como en California.
Bibliografía
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González Alcantud, J. y A. Malpica Cuello (coords.)(1995), El agua. Mitos, ritos y realidades, Granada, Coedición Anthropos/Diputación Provincial de Granada/Centro de Investigaciones Etnológicas "Ángel Ganivet".
Hunt, R. (1997), "Sistemas de riego por canales: tamaño del sistema y estructura de la autoridad", en Martínez y Palerm (eds.), Antología sobre pequeño riego, México, Colegio de Postgraduados.
Kosok, P (1965), Life, Land and Water in Ancient Peru, Nueva York, Long Island University Press.
Leonard, Ernest (1972), The imperial irrigation District, tesis doctoral, Claremont Graduate School.
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Maass, A. y R. Anderson (1976) ... And the Desert Shall Rejoice. Conflict, Growth and lustice in Arid Environments, Cambridge, The MIT Press.
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Reisner, M. (1986 ), Cadillac Desert, NuevaYork, Penguin Books.
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Vaidyanathan, A. (1999), Water Resource Management. institutionsand irrigation Development in india, Oxford University Press.
Wittfogel, K. ([1957] 1969), Despotismo oriental, Madrid, Ediciones Guadarrama.
1 Con excepciones notables como Vaidyanathan (1999); véase también Palerm Viqueira (2002).